Los puntos negros pequeños pueden deberse a picaduras de insectos (como ácaros o cochinillas) o al hongo Alternaria. Si los puntos se agrandan o se vuelven blandos, corta las zonas afectadas y aplica un fungicida. Limpia las hojas con un algodón con alcohol y revisa el envés, donde suelen esconderse las plagas. Mantén siempre el entorno ventilado. Un sustrato seco y limpio es la mejor defensa frente a hongos y larvas.
