El Aloe aristata puede amarillear cuando pasa de interior a exterior sin adaptación. Este cambio brusco provoca estrés solar. Para prevenirlo, incrementa gradualmente las horas de exposición al sol y riega solo cuando el sustrato esté seco. Si las manchas son secas y delimitadas, recorta las hojas afectadas para estimular nuevo crecimiento. Esta especie, resistente y decorativa, recupera el verde intenso tras unas semanas de cuidados.
