La Echeveria elegans muestra hojas blandas cuando hay exceso de agua y arrugas cuando falta. Si el tallo se oscurece, suspende los riegos y corta las partes dañadas. Si está seca, realiza un riego profundo y deja escurrir. A esta suculenta le gusta la luz suave, no el sol directo. Un riego cada 12–15 días es suficiente. Mantén el equilibrio y su roseta volverá a estar firme y compacta.
