Las hojas de la Crassula arborescens, también llamada “árbol de plata”, se tornan amarillas y caen cuando la planta recibe más agua de la necesaria o está expuesta a temperaturas frías. Durante el invierno, riega solo una vez al mes y evita colocarla cerca de ventanas con corrientes de aire. Si las hojas están blandas y con manchas oscuras, corta las zonas dañadas y deja secar la planta varios días antes de volver a regar. En cambio, si el amarilleo es uniforme y sin pudrición, bastará con aumentar la luz solar indirecta. Esta especie prefiere climas secos y cálidos; en primavera, con riego controlado y buena iluminación, recuperará su tono verde plateado y volverá a producir hojas nuevas con bordes rojizos característicos.
Hojas amarillas y caída en Crassula arborescens: exceso de riego o frío ambiental
