Los híbridos intergenéricos surgen del cruce entre dos géneros distintos, siempre dentro de una misma familia botánica. Ejemplos famosos son Graptoveria (Graptopetalum × Echeveria), Sedeveria (Sedum × Echeveria) y Aloe × Gasteria, conocidos como Gasteraloe. Estos híbridos combinan las mejores cualidades de ambos géneros: resistencia, color, estructura y floración. Para crearlos, se requiere sincronizar la floración de ambas especies y realizar la polinización manual con precisión. Los híbridos intergenéricos son más raros, pero muy valorados en colecciones por su singularidad. Aunque algunos resultan estériles, otros pueden reproducirse vegetativamente sin perder su belleza.
