Algunos viveros utilizan luz UV-C de baja intensidad (240–260 nm) durante pocos segundos antes de sembrar las semillas. Este proceso esteriliza la superficie y reduce la aparición de hongos sin afectar la viabilidad. También se ha observado que exposiciones leves a UV-B pueden estimular la germinación en Aizoaceae y Crassulaceae. No se recomienda usar luz UV sobre plántulas jóvenes, ya que puede dañarlas. En casa, una breve exposición de 15 segundos bajo lámpara germicida es suficiente para mejorar la limpieza del semillero.
