Las piedras decorativas no solo embellecen, también ayudan a mantener la humedad estable y evitar la erosión del sustrato. Puedes usar grava volcánica, piedra blanca o arena de cuarzo. Aplica una capa fina sobre la tierra tras plantar. Además de dar un acabado profesional, dificultan la aparición de hongos y plagas. Elige colores neutros que destaquen el tono de las hojas sin restar protagonismo a la planta.
