Antes de trasplantar, realiza una poda ligera para eliminar hojas secas o raíces muertas. Esto reduce la transpiración y el riesgo de pudrición. Tras el trasplante, evita regar durante 5 días y coloca la planta en sombra luminosa. En especies grandes como Aloe vera o Crassula ovata, cortar parte del follaje equilibra la pérdida de raíces. Una poda previa garantiza una recuperación más rápida y evita que el sustrato nuevo se compacte por exceso de humedad.
