La variabilidad genética es deseable en la fase de creación, pero un problema en la producción comercial. Para reducirla, selecciona las plántulas más homogéneas y propágalas vegetativamente. Mantén un número reducido de líneas base (3–5 por híbrido). Etiqueta y separa por lote para evitar polinización accidental. Si las diferencias entre individuos persisten, la línea aún no está estabilizada. Un híbrido comercial debe mantener consistencia visual en el 90 % de sus ejemplares. El control riguroso de la variabilidad garantiza confianza y calidad en el mercado.
