Bajo sol directo, la Echeveria derenbergii desarrolla un precioso borde rojizo que indica buena salud. Pero si las manchas se vuelven marrones o quebradizas, hay exceso de radiación. Muévela a semisombra y ajusta el riego. Esta especie cambia de color con la temperatura: tonos rojizos en frío y verdes suaves en calor. No es una enfermedad, sino una respuesta natural.
