El Aloe juvenna, con sus hojas en espiral y dientes blancos, se vuelve amarillo cuando se riega en exceso o se mantiene en sombra prolongada. Asegúrate de que tenga al menos 5 horas de luz indirecta al día. Si el sustrato está húmedo, suspende el riego durante 10 días. En invierno, riega solo una vez al mes. Una vez equilibrados luz y riego, recupera su color verde intenso y sus puntos blancos característicos.
Hojas amarillas en Aloe juvenna: demasiada agua o falta de luz
