Las hojas blandas y flácidas pueden indicar tanto falta como exceso de agua. Si están secas y quebradizas, la planta necesita hidratación; si están blandas y acuosas, el problema es el riego excesivo. Para recuperar una suculenta deshidratada, riégala profundamente y deja escurrir el exceso. Si el daño es por exceso, deja secar la tierra completamente antes de volver a regar. Observar el color y la textura es la clave para no confundirse.
