Las manchas amarillas pueden tener varias causas: exceso de luz directa, carencia de nutrientes o agua estancada. Si las hojas se vuelven amarillas y blandas, el problema es el exceso de agua; si amarillean solo las puntas, puede deberse a sol intenso. También puede ser señal de falta de hierro o magnesio en el sustrato. Retira las hojas más dañadas, deja secar la tierra y ajusta la exposición solar. En casos de deficiencia nutricional, aplica un fertilizante equilibrado y renueva parcialmente el sustrato. Las suculentas sanas mantienen un color uniforme y hojas firmes; el amarilleo siempre es una señal de desequilibrio que conviene atender a tiempo.
Manchas amarillas en suculentas: qué significan y cómo actuar
