En zonas con alta humedad, el mayor riesgo es la pudrición. Usa macetas de barro, añade más perlita o grava al sustrato y evita el riego frecuente. Colócalas en lugares bien ventilados y, si es posible, bajo techos que las protejan de la lluvia. También puedes usar ventiladores suaves o deshumidificadores en interiores. En climas húmedos, el éxito está en el drenaje y la circulación de aire.
