Las suculentas pierden color por falta de luz, exceso de riego o falta de nutrientes. Colócalas en un lugar con más sol indirecto y reduce la humedad del sustrato. En primavera, aplica un abono específico para recuperar el brillo de las hojas. Algunas suculentas cambian de color naturalmente con la temperatura o el estrés solar, como las Echeverias que se tornan rojizas. Observarlas te ayudará a entender cuándo están sanas y cuándo necesitan atención.
